Si por algo es conocido hoy Chinchón, es por su oferta gastronómica. La Cocina tradicional castellana domina las cartas. Cordero, cochinillo, cabrito en horno de leña, guisos y pepitorias con carnes de caza y de corral, y sopas y potajes enriquecidos con verduras de la vega, dependiendo de la temporada, habas, guisantes, alcachofas, acelgas, para las sopas de ajo, las judías chinchoneras, el potaje de vigilia…
Además de la nutrida oferta gastronómica que los restaurantes se encargan de mantener, en Chinchón se pueden degustar y adquirir otros productos no peores por menos conocidos.
Por ejemplo los grandes panes decorados en abanico. El hornazo, bollo de pan dulce con huevo en el centro. También se producen quesos artesanales de gran calidad y embutidos y jamones elaborados a la manera tradicional. Especialmente interesantes son los jamones con pimentón, la repostería, basada en la harina de muy buena calidad, los huevos y la miel, adopta formas e intensidades para todos los gustos. Son famosos los dulces de las clarisas, pero cualquier obrador calmará a los golosos.
El anís Chinchón se viene elaborando desde el siglo XVII siempre 100% destilado y empleando desde entonces exclusivamente anís matalahúga, que le confiere el olor, sabor y finura características de este genuino y tradicional producto, del que la ciudad de Chinchón se siente tan orgullosa.
Anís Chinchón posee la distinción de Denominación Geográfica, otorgada por la Unión Europea a ciertos productos con métodos de elaboración y tradición propios y diferenciadores.
En 1911 se funda la primera empresa productora de este anís, la Alcoholera de Chinchón, actualmente González Byass S.A., que sigue produciendo este afamado anís que distribuye a lo largo del mercado mundial.
Líquido graso, de color amarillo verdoso, que se obtiene de la aceituna.
Chinchón es tierra que cada año cumple con la mirada atenta de los campos, esperando al nuevo fruto, sincero, recompensa del esfuerzo de todo el año. En invierno Chinchón se vuelca sobre sus olivares, antes de que los fríos recios estropeen la cosecha.
En Chinchón quedan lagares tradicionalmente monumentales, tan reales que se dirían en activo y no decorados de suculentas viandas.
Planta lilácea, cuyo bulbo blanco, de sabor acre y picante y de olor fuerte, compuesto de numerosos dientes, se usa mucho como condimento, tierno, crudo o como ingrediente de guisos, fritadas, etc.. y en la elaboración de embutidos.
El ajo fino de Chinchón tiene un sabor y un aroma idéntico a su color, nacarado, suavemente rosado. De diente pequeño y cabeza prieta es capaz por si sólo de convertir unos humildes huevos fritos en emblema gastronómico; qué no hará con las sopas de ajo, las pepitorias… además no hace falta pelarlo. Están recogidos en la denominación de Alimentos de Madrid, Alimentos de Calidad y se asocian en APYCA, Asociación de Productores y Comerciantes del Ajo de Chinchón.
Producto alcohólico que se obtiene del zumo fermentado de la uvas.
La garnacha es uva autóctona y de jugo retinto y alegre. Ahora comienza a recuperar el valor y consideración que llegó a tener a finales del siglo pasado, cuando los males de la filoxera dañaron las cepas francesas antes que las españolas y todo el país vivió un merecido y rotundo auge vinícola.
Más de cinco millones de cepas llegaron a tener los terrenos de Chinchón según los datos recogidos por Narciso del Nero.
El queso es un alimento de altísimo valor nutritivo, ya que contiene proteínas, sales minerales, grasas naturales y vitaminas.
Su comercialización lo ha adulterado de tal forma que ha llegado a perder su fama.
El queso artesano es una de las joyas del país. Elaborado con leche de oveja, cuajo y sal, puede tomarse semicurado, curado y en aceite.